11.02.1992
Solidaridad o independencia. Panfleto contra el todo... y contra el 15 (1992)
8.23.1992
Perspectivas globales. Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales (1992)
El artículo es una versión ligeramente retocada del texto original, elaborado en 1986 con el título de "La tierra, recurso escaso y medio de producción", como documento base de trabajo para la VII Asamblea Mundial de los Rurales, por encargo de la Federation Internationale des Mouvements d’Adults Ruraux, organización vinculada a los movimientos cristianos de base en las áreas rurales. El texto fue redactado con la máxima simplicidad posible, dirigido a campesinos de muy diversas culturas. Los informes enviados por asociados de países ricos (Francia, Suiza, Bélgica, Canadá, España ... ), así como de países intennedios en la escala Centro-Periferia (como Portugal), y países subdesarrollados (Camerún, Tchad, Madagascar, Rwanda, Sri Lanka ... ) supusieron una ayuda inestimable
para elaborar esta síntesis sobre la problemática global de la tierra como recurso o, en términos más propios de países avanzados, lo rural.
" El conjunto de las agriculturas del planeta presentan de un lado una problemática común. Problemas que se repiten cualquiera que sea el nivel de desarrollo o el sistema político imperante, y que por tanto afectan por igual a todos los países, tanto en lo que a las características del análisis se refiere como al planteamiento de cualquier tipo de alternativas.El éxodo ruralEs un problema ya histórico. Y, en diversa medida, afecta a todos los países por igual. Los jóvenes huyen del campo hacia las ciudades, en busca de un trabajo más suave, de mejores remuneraciones, de promoción personal y profesional, de mayor acceso a la oferta de la sociedad de consumo. Diríase que es una huida hacia una pretendida sociedad del bienestar, que para no pocos se manifiesta como sociedad del malestar. (...)
El mercadoLa economía de mercado imperfecto se halla superpuesta, a nivel planetario, sobre países y regímenes políticos. El mercado mundial de materias primas y alimentos, controlado por las multinacionales, incide sobre el desarrollo económico de los campesinos de todo el mundo, desde la URSS a Malasia pasando por Inglaterra o España. Un mercado mundial en absoluto transparente que condiciona las políticas de todos los países, incluidos los dominantes (ni los granjeros norteamericanos se libran de ello). (...)
El individualismoLas dificultades para que la cooperación se instaure como alternativa frente a la presión de intermediarios y multinacionales tiene su origen precisamente en este grave problema, que afecta por igual a los campesinos de todos los rincones del mundo (incluidos los de los países que restan con economías colectivizadas).El individualismo que caracteriza a los campesinos parece como si tuviese un origen ya atávico, cual si estuviese fijado incluso en los genes de la población rural. No hay que olvidar que el primer paso en el desarrollo de la agricultura fue la ganadería: el pastor,un hombre aislado en el campo con sus animales. El propio cultivador trabaja también aislado en una parcela de tierra delimitada, a distancia mayor o menor de los demás(...)
El clima y los cambios climáticosEs un tema que afecta por igual a toda la comunidad campesina del planeta. El desarrollo industrial y el elevado consumo de energía fósil, así como los grandes atentados contra la biomasa de las selvas tropicales, parece demostrado que puede conducir a importantescambios climáticos a nivel planetario. Independientemente de dónde se generen esos cambios, independientemente de que vayan en la dirección de un enfriamiento o de un calentamiento de la atmósfera (sobre lo cual los científicos no se ponen de acuerdo), parece probado que antes de un sigloasistiremos a la desaparición de la agricultura en vastas extensiones (y posiblemente a la mejora climática en otras), a consecuencia de los cambios climáticos.
(..)
Las catástrofes ecológicas y la contaminaciónTambién de origen reciente, este problema, como el anterior, es todavía escasamente tratado en los informes sobre el desarrollo agrario. Sin embargo, es importante atender a los problemas nuevos, porque suelen ser crecientemente graves, mucho más graves para el futuro, no sólo del mundo campesino sino de la Humanidad, que problemas ancestralescomo el de la concentración de la propiedad de la tierra.
(...)
Desigual estructura de la propiedadNo deja de ser común a toda la agricultura mundial, salvo en algunos países de economía colectivizada y en aquéllos que como Israel han ensayado fórmulas de colectivismo agrario, una injusta distribución de la propiedad de la tierra. La contradicción entre tierrassin hombres y hombres sin tierras se da por igual en los EEUU que en los países más pobres del planeta. Propietarios absentistas que a distancia y altamente mecanizados explotan miles de Hectáreas, mientras a su lado malviven miles de pequeños agricultoresdirectos que cultivan sin medios minúsculas propiedades. En este sentido la Reforma Agraria, en su contenido básico tradicional de reparto, sigue plenamente vigente en la mayoría de los países del planeta, por más que en los más avanzados se hagauna mezcolanza ideológica entre reforma de las estructuras de propiedad y reforma técnica.
En los países centrales del sistema, esta contradicción puede darse entre campesinos y banqueros, o aristócratas, o empresarios industriales, incluso entre los propios agricultores; en los países periféricos puede darse entre los campesinos sin tierra y las multinacionales o los caciques locales que poseen las grandes superficies. Pero la contradicción es la misma: pocos propietarios con mucha tierra, frente a muchos propietarios con poca tierra o sin nada. (...)
LA CRISIS AGRARIA EN LOS PAISES DESARROLLADOSEl supuesto desarrollo económico operado en los países centrales del sistema económico mundial no ha servido para solucionar algunos problemas seculares de la agricultura. Hemos visto cómo algunos de los problemas más graves que afectan a la agricultura mundial son compartidos por casi todos los países del planeta(...)
La Geofagia.Podríamos definirla como el apetito insaciable de devorar tierra fértil. Esto se manifiesta de muy diversas maneras, entre las que podemos elegir algunas como más significativas, y en tanto en cuanto constituyen los más importantes frente de lucha. Todo ésto lo hemos definido en otros trabajos como la competencia por el uso de la tierra, en cuyo concurso los agricultores no son hoy día sino unos competidores más, generalmente los más débiles: (...)
La banalización del paisaje.Las formas avanzadas de agricultura química, los modernos planes de transformación en regadío, el propio estilo actual de la agricultura occidental, están conduciendo a este fenómeno de banalización, que sólo se manifiesta en forma de mimetismo formal, y pérdida de valores culturales o estéticos, sino lo que es más grave en forma de un empobrecimiento acelerado de los ecosistemas y la desaparición del capital genético autóctono.(...)
Perdida de peso político de los campesinos.Hasta el siglo XVIII, en algunos países hasta bien avanzado el XIX, y aún en otros hasta mediados del XX, los grandes terratenientes venían siendo el elemento fundamental del Poder político, y no es extraño que la legislación, la normativa y aún el derecho consuetudinario estuviese volcado a la protección y el fomento de las tierras de cultivo. (...)
Excedentes.Un nuevo problema derivado de las "bondades" de la Revolución Verde, y, también hay que decirlo, del expolio que practican los países desarrollados sobre el Tercer Mundo. Curiosamente, en todos los informes sobre la agricultura de países avanzados aparecesistemáticamente el problema de los excedentes y la superproducción. (...)
LOS MAS PESADOS LASTRES DE LA AGRICULTURA DEL TERCER MUNDOEn nuestra opinión debería distinguirse, al plantearse la problemática de la tierra en los países del Tercer Mundo, entre dos grupos de problemas: los problemas propios del subdesarrollo, y los derivados del neocolonialismo imperialista. Pues evidentemente según tengan uno u otro origen el planteamiento de alternativas de superación debe ser distinto, como distintas son las posibilidades de actuar en una u otra línea en los diversos países afectados. En fin, hay otro grupo de problemas que, si bien son propios delsubdesarrollo cultural y económico, vienen a ser agudizados por la omnipresencia del Imperialismo.
Lastres del subdesarrollo.Toda esta vasta problemática habría de sintetizarse en dos puntos para la reflexión, por cuanto influyen en todo el resto de determinaciones del desarrollo agrícola:
La superpoblación, en relación a los recursos objetivos disponibles en cada momento, sigue siendo evidentemente el mayor lastre que este grupo de países vienen arrastrando. Hay que tener presente que entre el siglo XVIII y finales del XX en los países avanzados se ha venido dando una disminución sistemática de las tasas de natalidad, y ello ha facilitado en gran medida el desarrollo del nivel de vida de los campesinos y la introducción de tecnologías apropiadas. (...)
La despoblación de extensos territorios viene a ser la contrapartida del problema anterior.Areas superpobladas de bajos recursos frente a áreas de grandes recursos inexplotadasy con bajas densidades de población(...)
Los atavismos culturales y de organización social, que si bien se demuestran como útiles para la conservación de ciertas sociedades, aparecen repetidamente en los informes como lastres para el desarrollo, por cuanto no pueden dar respuesta a los nuevos desafíos económicos y sociales.(...)
La insuficiencia técnica, que hallamos no es exactamente lo mismo que las técnicas ancestrales (que pueden ser de utilidad en ciertas zonas, etapas y cultivos, si bien se manifiestan como dañinas cuando, como en el caso de las quemas y similares, se practicande forma abusiva e incontrolada) que se denuncian repetidamente en los informes.No es tanto la ausencia de técnicas modernas (que no siempre se han manifestado como viables), como la incapacidad técnica para encontrar soluciones adecuadas. Un saber que precisa una acumulación de capital y de conocimientos de siglos de agricultura:cómo hacer un azud, cómo trazar un canal de riego o una acequia siguiendo la máxima cota, y todo ello a la vez sin causar perjuicios ecológicos. No es tanto la falta de técnicas de importación como la ausencia de una técnica vernácula apropiada. (...)
Lastres del colonialismo.Este grupo de problemas derivan tanto de la presencia física de las multinacionales como forma económica del neocolonialismo, como de la importación mimética de usos culturales, económicos y tecnológicos de los países desarrollados. En este sentido, la colonización de la que participan tantos miles de asesores, cooperantes y similares puede a veces ser casi tan dañina como la derivada del imperio de las multinacionales, y porsupuesto más peligrosa que los lastres propios del subdesarrollo.
La práctica del monocultivo de plantas agrícolas dedicadas exclusivamente a la exportación, para satisfacer las necesidades de lujo y las drogodependencias (café, té, azúcar, tabaco, coca, hachís...) de las metrópolis, (...)
El despojo de tierras públicas, tierras de nadie y de todos y que tradicionalmente venían siendo cultivadas por los campesinos locales, para entrégalas a las grandes plantaciones industriales, bien sea de las multinacionales o bien estatales pero a imagen ysemejanza de las grandes explotaciones occidentales(...)
La importación mimética de tecnologías duras derivadas de la Revolución Verde, que está provocando un mayor endeudamiento de los países (con lo que se dificultan otros proyectos), un agotamiento prematuro de las tierras por sobreexplotación, e inclusograndes catástrofes ecológicas de alcance planetario, y que al final se muestran incapaces de resolver los problemas fundamentales de los países.
La inexistencia de infraestructuras básicas para el transporte y la distribución de las producciones, derivada así mismo de la presencia colonial, que conduce a los países a gravosas inversiones en infraestructuras útiles a las multinacionales (superpuertos, urbanizacion excesiva de grandes ciudades, refinerías, etc.)(...)
LA DIALECTICA DE LOS HECHOS NUEVOSTampoco debe olvidarse que, mas allá de las estructuras económicas fundamentales, la sociedad en absoluto permanece estable. Y, del mismo modo que surgen nuevas problemáticas, ya reseñadas, derivadas de la contaminación industrial y del desorden ecológico,aparecen hechos nuevos que de una u otra forma pueden llegar a incidir, a veces de forma positiva, en la modificación de algunas de las estructuras profundas. Entre los hechos nuevos habría que reflexionar al menos sobre tres de ellos, en realidad íntimamenterelacionados: uno es común a todo tipo de países, mientras que los otros dos se manifiestan de alguna manera con mayor intensidad en los respectivos mundos.
El despertar de una conciencia ecológica, surgida en los campus universitarios a finales de los años 60, pero que en los últimos años se ha extendido prácticamente a todas las capas sociales y en diversa medida a todos los países del planeta. Supone lapuesta en cuestión de los modelos de desarrollo salvaje impuestos en las últimas décadas en los países avanzados y en trance de imposición en los países subdesarrollados. La denuncia ecológica, por su carácter aparentemente apolítico, llega fácilmente a los mediosmasivos de comunicación, y se muestra como un interesante medio de lucha contra el desarrollismo y el colonialismo económico. (...)
La vuelta al campo sólo se percibe como síntoma en ciertas zonas avanzadas de los países más desarrollados, y no nos referimos aquí a la ocupación del suelo agrícola con casas de recreo, sino a un fenómeno más profundo que, como consecuencia tanto de la conciencia ecológica como sobre todo de la crisis urbano-industrial, está llevando a muchos jóvenes originarios de las grandes ciudades a plantearse el oficio de agricultor como una alternativa más digna y futurible que el paro y la delincuencia.No obstante, también esta vuelta al campo puede a veces provocar problemas de competenciaentre viejos y nuevos agricultores(...)
La irrupción de las tecnologías blandas, o dulces, está siendo por el contrario fundamental en los países menos desarrollados, en los que progresivamente van entrando más y más otras asesorías, que buscan la aplicación de tecnologías apropiadas a nivel de desarrollo local, haciendo síntesis de las técnicas ancestrales, de los recursos naturales y de los avances de la ciencia y la tecnología. "
REFERENCIA:
Baigorri, A. (1992), "Perspectivas globales. Tendencias y desafíos planetarios entre los rurales", Extremaduda, Año II, Num 2, pp. 49-57
Enlace a texto
8.09.1992
La privatización (1992)
"El objetivo de este ensayo es simplemente el de interpretar y autocomprender el origen de este proceso, sus proporciones y características. En la medida de lo posible se intentará asimismo proyectar las tendencias que se perciben, tanto entre los políticos como entre los científicos sociales que se ocupan del asunto (economistas, sociólogos, juristas, politólogos, administracionistas...). Con independencia de la ubicación ideológica del autor (que, como toda la buena Sociología ha mostrado, es inevitable que se deje siquiera atisbar a lo largo del discurso), se pretende un análisis desapasionado12 y científico del tema. Por ello no se establece ninguna hipótesis de partida a contrastar, ni se establecerán conclusiones normativas.
No obstante, si hubiese de establecerse alguna hipótesis, no para contrastar sino casi como ejercicio o divertimento, me inclinaría por pensar que el debate sobre la privatización es una estratagema ideológica para hurtar un debate más profundo y largo entre burócratas y tecnócratas. Privatizaciones las ha habido siempre, desde que existe el capitalismo13, y las habrá mientras este sistema sobreviva. Sucesivamente, a medida que la empresa privada ha sido capaz de gestionar áreas del mercado que anteriormente eran ofertadas por el Estado por su elevado coste, dispersión de la demanda y dificultad de gestión de inputs y outputs, se han venido dando estas llamadas privatizaciones, que no son sino la manifestación de la tendencia histórica del mercado a abarcarlo todo. El debate estaría entonces establecido, bajo las máscaras ideológicas, por el control de áreas de la actividad económica que implican elevadas tasas de poder político; y en este sentido es que se trataría, no exclusiva, pero sí notablemente, de un enfrentamiento entre la Burocracia y la Tecnocracia. Hace ya años que se ha demostrado empíricamente que la propiedad de los medios de producción y/o distribución no guarda una relación directa con el bienestar social de los pueblos. La cuestión está más en la regulación y en la política tributaria y social, en los Estados democráticos, que en las formas de titularidad14. Por eso es mucho más importante el debate sobre la desregularización que desde hace años acompaña soterradamente al de la privatización, y que precisaría en sí mismo mayor atención de la que se le presta.
En cualquier caso, no por ello dejaría de tener importancia para el científico social el estudio del fenómeno de la privatización. A ello me aplico pues en las páginas que siguen; si bien debe hacerse una última advertencia: aunque se recogen las aportaciones sobre la cuestión desde la Ciencia de la Administración, una comprensión del fenómeno de la privatización exige un acercamiento multidisciplinar, por lo que he acometido el trabajo también desde el punto de vista económico, sociológico y político."
Referencia
Baigorri, A. (1992) La privatización. Trabajo de Curso
Enlace al texto
3.09.1992
Extremadura. La Guía (1992)
Entonces no había nada que hacer, pero no quería que volviese a pasar algo así.
Referencia y acceso al texto
Baigorri, A., dir (1992). Extremadura. La Guía. Barcelona. Folio
El texto se ha colgado incompleto. Se irá completando progresivamente hasta las 342 páginas que tiene el libro
2.20.1992
Apuntes para una Sociología del ruido (1992)
"(...)Pero a partir quizás de los años '50 se modifica la definición de ruido. Ahora lo entendemos como "un sonido carente de cualidades musicales agradables o un sonido que no es deseado por una persona determinada en un momento dado. Es un sonido irritante, perturbador, molesto y, algunas veces, en función de su intensidad, dañino para el oído". Era el boom de la Teoría de la Comunicación, y los semiólogos asimilaron al concepto de ruido todos aquéllos elementos que interfieren en la correcta transmisión del mensaje entre emisor y receptor. Incluso delimitaron dos conceptos distintos: el del ruido, en términos de interferencia, y el de redundancia, como exceso de elementos informacionales. Cuando hablemos de ruido, en lo sucesivo y en referencia a las ciudades, hablaremos por igual de ruido y de redundancia, unificando ambos conceptos al de ruido. De hecho, a menudo el ruido en las ciudades es más bien exceso de señales que interferencias.
Ya no tenemos, o ya no únicamente, un problema de diseño industrial, sino un producto social; que cumple como tal una serie de funciones, y que genera conflictos que, por extensión, sólo pueden comprenderse, y resolverse, en el marco de la Acción Social. El ruido no es un efluente indeseado de la producción industrial, como la generalidad de los otros agentes contaminantes a que nos enfrentamos. Es un efluente de la propia vida social.
Bien... Hasta aquí parecía claro el asunto, pero de pronto me encontré atrapado. Tras buscar a fondo, no he encontrado que los sociólogos se hayan ocupado de este asunto. Y observé que, en la práctica, aspectos fundamentales de la planificación social, como es el Urbanismo, no atienden a la problemática del ruido. Dedico buena parte de mi actividad profesional al Urbanismo, y desde luego, por muy minuciosamente que lean ustedes la Ley del Suelo o sus Reglamentos, instrumento fundamental del planeamiento urbanístico, no encontrarán ni una sola referencia al ruido. Hay, por supuesto, referencias genéricas a las Actividades Molestas y a las normativas que las regulan, y suelen incorporarse ciertos límites sonoros para actividades industriales en las Ordenanzas reguladoras. Pero rara vez se considera este importante problema en el análisis y el diseño urbano.
ReferenciaMe encontré pues ante un dilema: o construir siquiera unos apuntes de Sociología del Ruido en sólo diez días, sin un andamiaje teórico previo en el que sustentarla, o ponerme enfermo. Un poco por sentido de la responsabilidad, y un poco por amor al riesgo, opté por aceptar el desafío. Espero que las reflexiones que he hilvanado, con toda la provisionalidad con que deben tomarse, les sean a ustedes de alguna utilidad en los próximos días. (...)"
Baigorri, A. (1992), "Apuntes para una sociología del ruido", I Jornadas sobre actividades molestas en los municipios. Federación española de Municipios y Provincias, Cáceres, 1992
Acceso al archivo
2.14.1992
Apuntes sobre un modelo de desarrollo para Extremadura (1992)
Este texto circuló a nivel interno entre profesores de la Universidad, técnicos, políticos y profesionales. No estoy seguro de si llegó a publicarse en prensa. Se plantean cuestiones tanto de política universitaria y de investigación, como metodológicas. El origen del texto es curioso, porque un (entonces joven) profesor de la Universidad de Extremadura, que casualmente estaba colaborando con todo su departamento en un proyecto liderado por nuestra empresa de consultoría (Estudio de Ordenación Territorial I), prácticamente venía a reivindicar que la Universidad era el único agente legítimo para hacer no ya investigación pura, sino investigación aplicada. El autor ha hecho ldesde entonces una gran carrera, ciertamente, en la investigación aplicada, con inmuerables convenios con distintas entidades públicas. Curiosamente unos años más tarde yo entraba en la Universidad, pero seguí, y sigo, pensando exactamente lo mismo que expresaba en este texto.
APUNTES SOBRE UN MODELO DE DESARROLLO PARA EXTREMADURA
Artemio Baigorri
Director del Taller de Estudios Sociales y Territoriales SL
El profesor de Geografía de la UNEX Julián Mora Aliseda acaba de publicar en estas páginas páginas un brillante trabajo sobre el desarrollo de Extremadura. No puedo por menos que estar de acuerdo en la mayor parte de sus planteamientos, aunque solo sea porque, esencialmente, coincide con lo que yo mismo vengo exponiendo desde hace bastantes años. Conceptos como desarrollo endógeno, iniciativas locales de empleo, desarrollo sostenido, economía social, etc, hoy de manejo corriente en el mundo académico, están bien asentados desde hace casi tres lustros en la materia gris tanto de la sociedad civil extremeña, como de los políticos que intentan llevarlos a la práctica (ver sin ir más lejos el reciente discurso de Rodriguez Ibarra).
No es menor la coincidencia (ahí están mis críticas públicas, desde hace años, a la escasez de medios que la mayor parte de los departamentos de la Junta de Extremadura asignan al análisis) en lo que hace a la necesidad de "conocer al más mínimo detalle la realidad (económica, social, ambiental, etc) del espacio sobre el que se pretende actuar". Quienes otrora hemos debido realizar análisis, de problemáticas esenciales de esa región, sin otra financiación que las suscripciones populares, sabemos bastante de estos problemas. Aunque
Tanta coincidencia no es casual, pues con el profesor Mora y sus compañeros del Departamento de Geografía coincidimos ahor amismo incluso en un interesante proyecto de planificación, y hasta coincidimos de vez en cuando tomando una copa, aunque luego no tengamos ocasión de coincidir en espacios de debate (y un servidor piensa, porque sigue siendo un hegeliano, que sólo de la contrastación dialéctica surgen las síntesis de acción que la sociedad precisa en cada momento).
Pero advertidas las coincidencias, quiero señalar, en esa línea de análisis dialéctico de la realidad, las contradicciones que detecto en el trabajo de Julián Mora. No tanto porque expresen su opinión (que sé que no es exactamente esa, aunque en el artículo se haya dejado llevar por la pasión juvenil), sino porque reflejan un cierto sentimiento que, en los últimos tiempos, se detecta aquí y allá en la Universidad de Extremadura.
Me refiero a dos cuestiones muy simples, que casi pasan desapercibidas pero que son de gran enjundia. De un lado, a su afirmación de que "es en la Universidad donde en mayor medida se concentra la materia gris de una sociedad; es decir, la gente altamente cualificada que trabaja para encontrar soluciones que desde la sociedad se le demandan". Y, de otra parte, al que con tales planteamientos resulta obligado (además de explícito) corolario: que sólo la Universidad puede, "de forma rigurosa, científica y objetiva, identificar tanto las potencialidades como los estrangulamientos".
En el primer enunciado considero que hay dos errores graves, que creo deben aclararse pronto porque de otro modo corremos el riesgo de que la Universidad acabe perdiendo los papeles (pues, insisto, la opinión expresada por Julián Mora está generalizándose demasiado en ciertos ámbitos universitarios). De un lado, si en general es indiscutible que en la Universidad se pule la materia gris de la sociedad, resulta un poco atrevido (e incluso insultante, si no supiera que no era esa la intención del autor) considerar que el millar de profesores de la UNEX concentra la materia gris del millón largo de extremeños. De otra parte, yo creía que "la gente altamente cualificada que trabaja para encontrar soluciones que desde la sociedad se le demandan" estaban en la Administración Pública (tanto en los ámbitos burocrático como político de la misma), y en el ejercicio libre de ciertas profesiones dedicadas justamente a eso (abogados, economistas, sociólogos, urbanistas, arquitectos, geógrafos, ingenieros, etc. Yo creía que en la Universidad estaba la gente altamente cualificada para solucionar la formación de cuadros y profesionales que desde la sociedad se le demandan (y que aún eso lo compartían con el cuerpo docente de Enseñanzas Medias). Por lo demás, también desde fuera de la UNEX se han construído en los últimos años grandes bases de datos, se han introducido en la investigación social y territorial tecnologías punta (obviamente, en este caso ello sólo ha sido posible detrayendo recursos exclusivamente de los beneficios empresariales), y se ha demostrado suficientemente la capacidad para analizar nuestra sociedad "de forma rigurosa, científica y objetiva"...y comprometida.
Me explico. Que yo sepa, la función de la Universidad es doble: formar al alumnado (sin duda la más importante, pues no existe otra institución que en niveles superiores pueda cumplir ese papel) e investigar (para lo cual, no obstante, además de la Universidad existen otro tipo de organismos públicos, vertebrados por el CSIC o integrados en otros ámbitos de la Administración, sin contar con la investigación privada). A esa doble función le conviene, qué duda cabe, que incluya formas mixtas de investigación aplicada, en las que la formación académica de los alumnos se complemente con proyectos de trabajo por encargo de empresas o instituciones, y que pueden realizarse bien directamente desde los Departamentos universitarios, bien en asociación con empresas especializadas (como es el caso de algunas experiencias interesantes que, en este sentido, se desarrollan ahora mismo). De esta forma los alumnos se preparan para aplicar luego, en su vida laboral, lo aprendido en la Universidad, y el profesorado refresca sus conocimientos y actualiza las teorías. Ello enriquece en todos los sentidos.
Sin embargo, si he entendido bien lo que el artículo de Julián Mora plantea (y creo haberlo entendido, pues esa es la impresión que detecto en algunos otros sectores de la UNEX), parecería que se estuviese proponiendo para la UNEX una función muy distinta, que perseguiría suplantar tanto a los órganos de análisis y reflexión de la propia Administración como, en lo que a otros nos toca, al libre mercado de la consultoría en casi todas las ramas del saber. Esto podría llevar (no digo que esté ocurriendo así, sino que es un riesgo, que perjudicaría sobre todo a la propia Universidad) a competir deslealmente con medios públicos, con alumnos utilizados como negros, utilizando como reclamo personal la competencia colectiva de la institución, y sobre todo rozando si no por lo legal sí por lo ilegítimo la legislación sobre incompatibilidades.
Y, vamos a ver si me explico con exactitud, no es que personalmente vea mal el aumento de la competencia, al contrario siempre bienvenida sea, y supongo que de forma similar pensarán cuantos en la región se dedican a lo que algunos llamamos el cuaternario. Lo que temo es que, tentados por la rentabilidad de unos encargos para los que no deben realizar inversiones (mano de obra barata, la infraestructura de la Universidad a plena disposición...), algunos de los pocos (pero no escasos) que han elegido la Universidad no tanto por vocación como por incapacidad para el desenvolvimiento en el libre mercado, desvíen sus esfuerzos tanto de la formación de sus alumnos como de la que debe ser la auténtica investigación universitaria: la investigación pura (que no inútil). Y ello, insisto, a quien únicamente perjudicaría sería a la propia Universidad (que supongo no esperará financiarse con el 10 ó el 15 % de peaje), y de rebote a la región (sabemos bastante en este país de lo que ocurre cuando se pretende cubrir, desde lo público, ámbitos para los que está capacitada la iniciativa privada).
En Extremadura no creo haya nadie a quien no interese potenciar la UNEX, de la que tienen que salir los futuros dirigentes, gestores, empresarios e intelectuales de la región. Personalmente creo que el cambio en el equipo rectoral se ha hecho notar positivamente, y la Universidad se ha lanzado de cabeza a implicarse más a fondo con la sociedad extremeña (naturalmente, para ese análisis previo necesario antes de diseñar su estrategia ha buscado una consultora independiente, como debe hacerse, y aún hubiese sido más perfecto si no se hubiese ido a buscarla fuera de Extremadura). En consecuencia, creo que la sociedad está respondiendo, si atendemos a la atención que le prestan los medios de comunicación, a las inyecciones económicas otorgadas por la Junta, y al compromiso de un número creciente de empresas locales. Pero, modestamente, creo que hay que traer a colación un dicho muy popular, que dice algo así como "¡Zapatero, a tus zapatos!".
No quiero terminar sin señalar un par de cuestiones de entidad menor con las que tampoco estoy de acuerdo, debo advertir que la necesidad del análisis de detalle (ese "pueblo a pueblo") no puede negar la validez del análisis comparativo. Sin duda Mora tendrá por cierto que, sin un marco de referencia nacional, continental o planetario, difícilmente puede construirse la teoría explicativa, y sin ella navegamos en la nada empírica.
La otra cuestión es también de ámbito teórico, en lo que se refiere a esa cierta insistencia en las disparidades intrarregionales, y epistemológico, en lo que hace al abuso que a veces hacemos de los índices. De un lado, salvo que partamos, si no de concepciones ideológicas colectivistas, al menos de 'ideas elemento' como la igualdad, no podemos plantearnos como objetivo, al diseñar un modelo de desarrollo territorial, la igualación en los niveles de desarrollo. Por otra parte, sabido es que los índices miden sólo ciertos aspectos de la realidad, es decir, en su acepción última, son tan sólo indicios, y no siempre parámetros. En suma, si para Extremadura estamos planteando un modelo, no de igualación con las regiones ricas en base a los índices económicos tradicionales (algo por otra parte imposible, fuera de la demagogia política), sino de nivelación en la calidad de vida de acuerdo con sus posibilidades objetivas; si estamos intentando utilizar para fijar la dirección del progreso, junto a los tradicionales, índices de bienestar que, como decía Jouvenel hace más de treinta años, no caben en el PNB, no vamos a pasar ahora a medir los índices de desarrollo (y aquí nuevamente habría que decir, ¿qué desarrollo?) intraregional nuevamente con el número de oficinas bancarias, kilómetros de carretera o licencias comerciales cada mil habitantes.
14/2/1992